La vida de Salo Pasik transcurrió entre bambalinas de escenarios y sets de filmación, espacios en los que se forjó una fama de buena persona y se ganó el aplauso y reconocimiento del público. El actor falleció ayer, a los 71 años, luego de casi medio siglo vinculado con el arte, y será sepultado hoy en el Panteón de Actores del Cementerio de la Chacarita. Si bien no trascendieron oficialmente las causas del deceso, la agencia Télam difundió que había sido operado de la cadera y tuvo complicaciones mientras permanecía internado.
La larga carrera del hermano mayor del también actor Mario Pasik le permitió ser dirigido en teatro por referentes como Hugo Urquijo, Augusto Fernándes, Sergio Renán, Oscar Barney Finn, Norma Aleandro, Laura Yusem, Villanueva Cosse y Augusto Boal, entre otros. “El contrabajo”, “Chicago”, “He visto a Dios”, “Esperando la carroza” y “El conventillo de la Paloma” fueron algunos de sus éxitos. Pero su popularidad le llegó con la televisión, como parte de “Rosa de Lejos”, “Que Dios se lo pague”, “Alta Comedia”, “Grande Pá”, “Ricos y famosos”, “El Rafa”, “Amor en custodia” y “La casa del mar”, entre decenas más.
Un momento clave de su vida fue en 1985, cuando junto a su esposa, la coreógrafa y bailarina, Silvia Vladimivsky, fundó la compañía Teatro Fantástico (de la cual fue su director), con la que se radicaron en Italia entre 1989 y 1994. Allí ganó los premios Fontana Di Roma en 1991 y Provincia Di Savona a mejor actor al año siguiente. En la Argentina obtuvo el Florencio Sánchez, el ACE y el Podestá a la Trayectoria Honorable, otorgado por el Senado de la Nación.
“Actorazo, gran compañero, enorme humorista. Tenía muchos personajes más para dar. Tristeza”, escribió en Twitter el cineasta Juan José Campanella, quien lo dirigió en “El hijo de la novia”. “Su muerte enluta al teatro nacional, se fue un actor de una vasta y coherente trayectoria”, escribió el productor Carlos Rottemberg.